La emoción que tantos poemas y canciones ha inspirado, cuando nos sentimos tristes un vacio inunda nuestro interior. Podemos tener pensamientos de que ya nada cambiará, no volveré a ser feliz, y podemos sentirnos tristes en muchas situaciones: cuando un amigo o amiga nos defrauda, cuando sentimos que nuestra pareja ya no nos quiere como antes, cuando ha perdido nuestro equipo de futbol… Es verdad que a todos no nos ponen tristes las mismas cosas y en muchas ocasiones, ya que las emociones dependen de la interpretación, podemos interpretar una situación de una forma que haga surgir esta emoción.
Pero ¿biológicamente que nos dice la TRISTEZA?
La tristeza nos informa de una pérdida o fracaso, actual o posible, de una meta u objetivo (ya sea objeto o persona). Además esta emoción fomenta la introspección y fomenta en los demás la conducta de apoyo o altruista.
¿Qué debemos hacer cuando nos embargue esta emoción? Como en el resto de las emociones debemos aceptarlas y observarlas, con ello sabremos que información nos da. Todas las emociones son necesarias y nos sirven cómo brújula en nuestra vida, excepto que aparezcan de una manera muy persistente y nos impida disfrutar de ella.
En la caso de la tristeza debemos considerar que en cualquier persona que tenga objetivos y metas puede aparecer esta emoción y ante la pérdida de un ser querido o alguien importante en nuestra vida. Al igual que «después de la tormenta llega la calma y todo se restablece» vamos a cuidarnos ante cualquier emoción que nos embargue y a aceptarla. Podemos realizar alguna actividad de Mindfulness que nos va a ayudar en todo esto.
