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Feliz Día de la madre y queremos celebrar este día con la reflexión de esta madre a la que queremos agradecer de corazón que haya querido compartir estas bonitas palabras con nosotros. GRACIAS…

«Y seré madre hasta que la vida quiera
Seré madre mientras tenga vida, mientras cada día mi pensamiento este con ellos, con mi hija y con mi hijo, aunque ellos, por ley de vida, ya no me acompañen cada día, seguiré dándoles las buenas noches y los buenos día allá donde estén, seguiré ocupando parte de mi tiempo en querer saber de
ellos, como están de salud, como les va en la vida, si están tristes o contentos, si están ilusionados o decepcionados, si luchan por lo que creen, o tienen dificultades, si aprendieron algo bueno de mi o pasaron página.
Ahora lo que más me preocupa a pesar de que estoy a punto de cumplir sesenta y tres años, si, como pasa la vida, hago uso de la moviola del recuerdo más de lo que me gustaría, pero se ve que eso va implícito con la edad, como decía lo que más me preocupa es un tema que no me afecta solamente a mi, transciende, solo soy una mota en el universo, me estoy refiriendo a la situación que estamos viviendo y como la estamos gestionando, la casa que a todos nos acoge está dando desde hace
mucho tiempo señales vitales y no queremos reconocerlas, porque incluso los moradores que se dedican a observarla ( las personas que investigan, las personas que son críticas con lo que sucede y cuentan los hechos de la manera más objetiva posible) nos lo están diciendo, pero los que se
encargan de gestionar los recursos que la madre tierra nos da tienen más interés en llenar sus propios bolsillos de codicia, de vanidad, y se olvidan de que lo que recogemos lo tenemos que transformar para el bien común, porque para ello la madre tierra es generosa con nosotros, es una
madre ecuánime, que intenta dar lo mejor de ella misma a todas sus criaturas, pero nosotros nos hemos encargado de romper ese equilibrio, acumulando cada vez más, viviendo la vida como si no hubiera un mañana, aunque este como todos sabemos es efímero, porque todos pasamos a formar parte de ella, volvemos a sus entrañas,
A lo largo de nuestra existencia como especie humana, las mujeres hemos sido las encargadas de transmitir una serie de valores ( protección, generosidad, amor incondicional…) porque eramos las encargadas de ocuparnos de la crianza, pero me inquieta el pensar que hemos estado haciendo mal para que por un lado, hayamos tenido un papel secundario en cómo han transcurrido los hechos, la historia, el avance en todas las materias que los seres humanos hemos ido descubriendo y aprendiendo, y por otro lado, cuando alguna mujer ha mostrado su saber estar en cualquier área de la vida, del conocimiento se la ha silenciado o no se ha hecho visible su obra y su reconocimiento.
¿ Qué ha fallado? Si somos las que damos vida, las que parimos a nuestras hijas e hijos, si todos salen del vientre de una madre.
No podemos olvidarnos de que la madre tierra nos muestra sus enseñanzas, la propia naturaleza tiene sus leyes sobre la supervivencia, las personas hemos evolucionado más que el resto de las especies que habitan el planeta tierra y aunque conservamos ese instinto de supervivencia y de dominio, tenemos una inteligencia superior que por lo que puedo observar en la actualidad no nos hace mejores, ni mas inteligentes que las demás especies, quizá tendríamos que observar más a la naturaleza y aprender de ella.
También se que todo lo que está pasando actualmente, y ahora me voy a referir solamente un momento a la pandemia, la invasión de un microorganismo que ha mermado las fuerzas de todo un planeta, ayer descubrí en un programa de televisión como un reportero español entrevistaba a expertos en África, si, el continente olvidado, nos mostraba cómo actuar ante un problema de tal magnitud, porque ellos llevan toda la vida siendo invadidos por muchos virus y han aprendido a como controlar la situación, aunque no tengan todos los medios ( me refiero a tratamientos para combatir las enfermedades y vacunas para matar al bicho) que los países del primer mundo, o sea nosotros, tenemos.
Si he hecho este inciso era para mostrar que no transcurre de igual manera todo en este planeta, pero que se nos muestra un lado solamente, a quien interesa y no nos muestran como se actúa en otros lugares en el que esos valores que parece que hemos olvidado como generosidad, protección, amor incondicional están más presentes que nunca.
Cito textualmente las palabras que recogí en un medio de prensa digital eldiario, “No dejemos que nos enfrenten, nos enemisten o nos dividan. No permitamos que, amparados una vez más en el lenguaje de la crisis, nos impongan la restauración intacta de la estructura de la propia catástrofe. Pese a que aparentemente el confinamiento nos ha aislado a los unos de los
otros, lo estamos viviendo juntos. También en eso el virus se muestra paradójico: nos sitúa en un plano de relativa igualdad. De algún modo, rescata de nuestra desmemoria el concepto de género humano y la noción de bien común. Tal vez los hilos éticos más valiosos con los que comenzar a tejer un modo de vida otro y otra sensibilidad”.
Os invito a despertaros a todas las mujeres y hombres de este planeta tierra y le demos la vuelta a todo el mal que estamos provocando y sufriendo, es nuestra responsabilidad y no quisiera irme de aquí a formar parte de las entrañas de nuestra madre tierra que pervivirá a pesar de que nosotros nos hayamos extinguido como especie, sin antes haber aportado algo para quitarme la pena que tengo por haber dejado este legado a nuestros hijos.»

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