Seguimos otra semana enseñando atención plena a nuestros hijos. En el fondo para enseñar tenemos que aprender y practicar nosotros.
¿Qué conseguiremos practicando atención plena? Las personas que pueden permanecer a menudo en este estado de atención plena se sienten más felices y desarrollan una mejor salud, tanto psicológica -previene la aparición de ansiedad, depresión o consumo de sustancias- como física -disminuye, entre otros, el riesgo de enfermedades cardiovasculares y oncológicas (Javier García Campayo)
Os estoy animando a mejorar vuestra vida para mejorar la de vuestros hijos y para enseñar atención plena primero tenemos que practicarla nosotros mismos.
Te propongo hoy una actividad sencilla sólo te llevará 5 minutos, decide algo que te guste: dar un paseo, comer algo que te guste, escuchar música… y hazlo con atención plena.
Céntrate con todos tus sentidos en esta experiencia y cuando tu atención se vaya a otra parte vuelve de nuevo y así todas las veces que se vaya, una y otra vez. Como si fuera un niño al que queremos enseñar a que permanezca un tiempo sentado, se levantará entusiasmado por algo que ha visto y lo traemos con amabilidad de vuelta y otra vez por una simple mosca se volverá a ir persiguiéndola y lo volvemos a traer con amabilidad, hasta que consigamos que cada vez pase más tiempo sentado. Cuestión de armarse de mucha paciencia y o desanimarse, parecido a ser padres…
Y así ya estamos trabajando con nuestra mente al igual que estamos trabajando con nuestros hijos.
Seguimos con algo que considero esencial, para enseñar algo a nuestros hermanos hijos tenemos que ser honestos y confiar….
Y qué mejor manera de enseñar algo en lo que creemos con todo nuestro corazón “la fe mueve montañas”. Así que a moverlas juntos…
Esta semana volvemos a conectarnos con la naturaleza para conectarnos con nuestros hijos con atención plena.
”Si observas desacoplas automatismos” me llamaba la atención esta frase en un taller de Andrés Martín Asuero. Me hizo mucho pensar en cómo trabajar esto en nuestros hijos, si bien en terapia trabajamos esto y sobre todo en problemas de ansiedad.
Vamos a prevenir este trastorno trabajando esto en nuestros hijos ¿comenzamos?
Si te pones frente a tu hijo y lo miras con atención plena concentrándote sin pensar en otra cosa (o por lo menos intentándolo) sólo mira a tu hijo en un ambiente positivo y respira, respira con tu hijo…
Aquí te darás cuenta que para nuestros hijos la atención plena es más fácil que para nosotros y quizá tenía que haber titulado este artículo “Cómo aprender atención plena de nuestros hijos” y sería más acertado. De nuevo en nuestro paseo nuestros hijos pondrán su atención en algo maravilloso que han descubierto y ellos sí que prestan atención con sus sentidos más que con sus experiencias, cosa que para nosotros es más complicado.
¡Qué interesante! Un hormiguero, cuántas cosas podemos aprender de aquí. Deja que la imaginación de tu hijo fluya y cuéntale alguna curiosidad pero sobre todo observa.
Quizá de camino a casa puedas contarle a tu hijo el cuento de “la hormiga y la cigarra” y así vamos también trabajando valores. En la naturaleza puedes encontrar muchas ocasiones de observar y desacoplar automatismos aprendiendo a centrarte en lo que sientes y no hay nada más, todas las experiencias que hayas tenido con las hormigas en el pasado o todas las preocupaciones de futuro se esfuman, es simple, estoy observando un hormiguero con mi hijo. No estoy dentro del hormiguero, ni soy una hormiga, sólo soy el observador del hormiguero. Esto será una actividad muy útil que trabajaremos más adelante para gestionar nuestras emociones y las de los más pequeños.
Otra actividad de observación y trabajo de autocontrol para los más pequeños es observar esta pequeña oruga que construye este escondite para camuflarse. Cuando entrenamos la paciencia y esperamos observando obtenemos esta recompensa.
Que tengáis una buena semana y la siguiente seguimos trabajando 🙂
Si te has perdido la primera parte puedes leerla aquí http://gaiapsicologia.com/ensenando-mindfulness-mis-hijos/