¿Qué es el sueño? Tenemos una ingeniería perfecta como humanos y compartimos con los animales la necesidad de dormir. Algunos definen el sueño como un estado periódico de reposo en el que los músculos tienden a relajarse y en el cerebro ocurren muchos procesos. Podemos diferenciar 2 fases: sueño lento NO REM y sueño rápido REM.
Para Kleitman (1963), cuando estamos dormidos presentamos una serie de características, como por ejemplo, poseer una actividad somática reducida, el nivel de excitación para muchos reflejos se eleva y sin embargo reaccionamos menos a gran cantidad de estímulos, en el caso de los humanos no existe conciencia, es decir, no estamos en modo alerta y no somos capaces de recordar lo que sucede mientras se duerme. Podemos despertarnos por un estímulo sensorial fuerte, por ejemplo un grito o un golpe, lo cual no sucede en estado de coma o de anestesia.
Una cuestión muy interesante y poco estudiada son los sueños oníricos, que se define como una actividad del pensamiento que tiene lugar durante el sueño.
Maine de Biran (1815) nos describe los sueños como una forma pasiva de la imaginación, las imágenes oníricas pueden agruparse alrededor de ciertas sensaciones orgánicas o de excitaciones sensoriales externas.
Como anécdota curiosa el investigador Alfred Maury cuenta como haciéndole cosquillas en los labios y en la punta de la nariz, sueña con una tortura en la cara. Si se le da a oler agua de colonia, se halla en el Cairo en una determinada tienda. Un hierro caliente junto al rostro le hace soñar en fogoneros que queman los pies de sus víctimas obligándoles a declarar su dinero.
Curioso también es casos de investigadores que han realizado sus descubrimientos en sus sueños el hallazgo de la fórmula del benceno por F. August Kekulé Von Stradonitz (1829-1896) relata el sueño siguiente: veía un conjunto de seis monos que realizaban acrobacias y se tenían por sus manos formando una cadena cerrada hexagonal, curiosamente esta era la forma en que deberían encontrarse los átomos del carbono en el benceno, y por lo tanto la noción básica que conduciría a la definición de la fórmula que Kekulé no había encontrado.
Este proceso tan importante como curioso es de vital importancia en nuestra vida, tanto como cuidemos la calidad de nuestro sueño vamos a cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente.
Por tanto, vamos a dar varios consejos para cuidar este don tan preciado y necesario.
Es muy importante diseñar nuestra vida para cubrir las necesidades de nuestro cuerpo. Las personas necesitamos periodos regulares de trabajo, diversión y descanso.
El trabajo es muy importante para mantener la salud y generar hábitos saludables de levantarnos a una hora todos los días y acostarnos a una hora habitual. La dificultad cuando no tenemos trabajo aparte de la ansiedad que puede generar la falta de ingresos y hábitos es que se pueden modificar los horarios e incluso invertir los horarios. Esto va a modificar nuestro sueño.
También los días festivos favorecen realizar actividades de ocio y romper con nuestra labor cotidiana y nuestra rutina. Tener hobbys y aficiones favorece nuestra desconexión con el trabajo y son importantes para nuestro equilibrio físico y mental, constituye una ilusión y una motivación y en muchos casos “fluimos” con estas actividades.
Para cuidar nuestro sueño debemos seguir una “higiene del sueño” y tener en cuenta que existen hábitos muy negativos que no favorecen el dormir como por ejemplo, esforzarse en dormir y sentirse mal en el dormitorio.
Existen en el mundo muchísimas personas que cada noche cometen el mismo error: intentar conseguir dormir, pero este intento es lo peor que pueden hacer, cuanto más se intenta, menos se consigue.
En lo referente al segundo apartado, sucede que la relación establecida con el dormitorio y con todo lo que hay en él es negativa, esto crea ansiedad, lo que constituye otro hábito negativo. Estar en la cama sin dormir hace que muchas personas se sientan frustradas, y todos los estímulos que le rodean; el tacto de la almohada, la oscuridad y los suspiros de su pareja van asociándose con este sentimiento de frustración. Al cabo de poco tiempo se hallará condicionado: el mero hecho de entrar en el dormitorio le producirá frustración y le impedirá conciliar el sueño.
Para saber si está condicionado de este modo, pregúntese –y pruebe después- si duerme mejor en su cama o fuera de ella, por ejemplo, en el sofá del comedor. Si duerme mejor fuera de su cama, es probable que esté condicionado por su dormitorio.
CONSEJOS PARA DORMIR BIEN
- No ingerir bebidas alcohólicas, por lo menos dos horas antes de irse a la cama.
- No consumir cafeína, por lo menos seis horas antes de irse a la cama, y en esta misma línea, se deben conocer las bebidas y medicamentos que contengan cafeína. Contrariamente a lo que se pueda creer, los efectos de la cafeína pueden estar presentes hasta 20 horas después de la ingestión.
- No fumar unas horas antes de irse a la cama.
- Hacer ejercicio de forma regular, pero evitar el ejercicio físico excesivo varias horas antes de irse a la cama.
- Acondicionar el dormitorio de modo que favorezca el sueño. Adaptarlo a una temperatura agradable y un mínimo de luz y ruido.
- No comer chocolate ni ingerir grandes cantidades de azúcar, evitar el exceso de líquidos. En caso de despertarse por la noche, no se debe comer, ya que en caso contrario se acostumbrará a despertarse cada vez que tenga hambre.
- No utilizar un colchón excesivamente duro.
Si tiene problemas para dormir puede acudir a un psicólogo que le enseñe técnicas adecuadas para conseguir reparar los hábitos de sueño. Tenga en cuenta lo importante que es para nuestra salud el sueño.
Les dejamos el siguiente video que explica la importancia que tiene para nuestro organismo el sueño. Y os deseamos FELICES SUEÑOS…