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En mis viajes a otros países me encanta observar las diferentes costumbres y por supuesto el comportamiento de sus gentes. Porque ahí reside el verdadero encanto de la diversidad cultural.

He tenido suerte de poder observar a niños en su ambiente y ¿qué me ha llamado la atención? La alegría y disfrute de los niños con el juego y sin necesidad de juguetes, ni móviles, ni videojuegos por supuesto.

Esta visión rompía con una creencia que albergaba anteriormente de que los niños en países menos desarrollados eran menos felices, por tanto, en el nuestro teniendo más comodidades y medios eran mucho más felices.

Esta semana seguimos trabajando Atención Plena con nuestro hijos, porque ya que tenemos la suerte de haber nacido en un país con muchas comodidades y oportunidades ¿por qué no fomentar que nuestros hijos sean más felices y nosotros con ellos?

“Ante todo, el juego es emoción. Un niño que no sienta nada durante el juego lo va a abandonar, puesto que no tiene la obligación de hacerlo. O perderá la actitud lúdica en actividades que son de obligado cumplimiento y las transformará en rutinarias, mecánicas. Sabemos, tanto por instinto como por experiencia, que el juego nos va a hacer sentir la vida con más intensidad.  Pero también obtenemos la recompensa de aprender, seamos o no conscientes de ello. Es en realidad cuando no lo somos cuando resulta más efectivo, pues la ATENCIÓN está centrada en el proceso y no en el resultado. Descubriremos la gran satisfacción del aprendizaje autónomo, que nos da autoestima, seguridad y confianza en nosotros mismos, que nos motiva. Dado que perfeccionamos destrezas a través de él, se incrementan nuestras ganas de mejorar, nuestra curiosidad por descubrir nuevos desafíos. Todo buen científico- y el niño es el paradigma del científico perfecto, porque está exento de prejuicios- sabe que, a medida que investiga, que juega, va a obtener más preguntas que respuestas. El conocimiento es como una adicción, nos da sed de más a medida que lo creamos. La tensión saludable que nos genera la emoción de jugar es el motor de la motivación y el precursor de los procesos de aprendizaje que derivan en él, de modo que se da así un ciclo de retroalimentación continua entre estos tres factores. Por todo ello, se puede concluir que la emoción es el ingrediente básico para que se dé el aprendizaje mediado por el juego. Los neurocientíficos lo tienen claro, y abunda la literatura que justifica la necesidad de emocionarse para que una destreza se afiance en el cerebro. Y el sentimiento que predomina en el juego, aunque no el único, es el placer. También nos puede producir deseo, gratitud, orgullo, intriga, euforia, entusiasmo, alegría, alivio… Pero también puede provocarnos sensaciones consideradas negativas: frustración, ira, tensión, tristeza, vergüenza, confusión, temor, impaciencia…”

Esto es un fragmento del libro “Jugar al aire libre” de Katia Hueso. Y esto refleja claramente lo que vamos a trabajar en las siguientes semanas.

Tocamos y olemos una planta y así investigamos con los sentidos

1º Si queremos mejorar como padres y madres y dar los mejor a nuestros hijos no sólo nos vamos a centrar en cubrir todas sus necesidades físicas también nos tenemos que centrar en sus necesidades psicológicas.

Os animo a que observéis a vuestros hijos porque desde ahí será nuestro punto de partida, es sencillo os animo a que cojáis una pequeña libreta y vayáis observando a qué juegan vuestros hijos y posteriormente vamos a trabajar a través del juego la Atención Plena.

¿Por qué el juego a aire libre favorece el trabajo de Atención Plena?

Ya lo dice Katia Hueso… porque en la Naturaleza trabajamos con los sentidos, nuestros habilidades y destrezas, centrados en el presente y porque la Naturaleza tiene un efecto tranquilizador y de liberación.

Y de esa sensación hemos sido conscientes los amantes de la Naturaleza durante el Estado de Alarma cuando se nos ha privado de todo esto.

2º Entonces vamos a centrarnos en varios pilares respecto al juego:

  • Emoción
  • Aprendizaje
  • Atención y concentración

Simplemente la actividad de esta semana es primero observar el juego de vuestros hijos y analizarlo en estos 3 bloques:

¿Tus hijos se emocionan con el juego que está realizando?

¿Observas un aprendizaje nuevo?

¿Presta atención y la mantiene un tiempo determinado?

El juego libre en la Naturaleza permite a los niños descubrir cosas nuevas y prestar atención a lo que les interesa

Os animo a que en vuestro cuaderno de trabajo simplemente esta semana vayáis anotando estos 3 aspectos y en la siguiente semana seguiremos trabajando “El juego y la Atención Plena”

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