¿Qué es una emoción? Emoción etimológicamente proviene del vocablo latín “movere” mover. Cuando nos encontramos ante un estímulo o acontecimiento realizamos una evaluación que da lugar a una interpretación subjetiva. La emoción tiene 3 componentes: neurofisiológico, comportamental y cognitivo.
El componente neurofisiólogico es la respuesta involuntaria que tenemos ante la emoción como por ejemplo, taquicardia, sudoración, presión sanguínea…
El componente comportamental o conductual como por ejemplo los movimientos del cuerpo, expresión facial, tono de voz…
El componente cognitivo corresponde a la vivencia subjetiva, el sentimiento.
Las emociones tienen 3 funciones:
1. Adaptativa: como comentamos en el anterior artículo del emocionario.
2. Motivacional: las emociones dirigen y potencian nuestro comportamiento o conducta.
3. Comunicativa: intrapersonal (obtenemos información de nosotros mismos) e interpersonal (con los otros, con las emociones influimos también en la conducta de otros)
Y ¿qué diferencia hay entre emoción y sentimiento? Cuando somos conscientes de la emoción y la identificamos, clasificamos y valoramos por medio del lenguaje, serían los sentimientos.
Como ya hablamos la semana pasada, las emociones tienen una función adaptativa, pues bien, la capacidad de lograr ante cualquier acontecimiento, pensamiento o situación mantener las emociones dentro de unos límites adaptativos se le llama Inteligencia emocional.
Tras esta pequeña introducción vamos a comenzar con la primera emoción:
LA ALEGRIA
La alegría es una emoción básica que aparece en los primeros meses de vida (Ekman, 1992, 2003).
La alegría es la emoción más deseada, ¿a quién no le gustaría estar alegre la mayoría del tiempo?
Pero ¿por qué es una emoción tan deseada? Primero, porque es una emoción positiva que nos está indicando, por medio de nuestra brújula sentimental, que estamos consiguiendo una meta o un objetivo deseado.
Y aunque utilizamos indistintamente alegría y felicidad, son diferentes. Ya que la felicidad es a más largo plazo y la alegría tiene una duración breve.
Y ¿qué nos está comunicando la alegría? Su función es la de afiliación y nos facilita el disfrutar de diferentes aspectos de la vida, genera actitudes positivas hacía uno mismo y hacía los demás favoreciendo el altruismo y la empatía, establece nexo de unión entre las personas y favorece procesos cognitivos de aprendizaje y memoria aumentando la curiosidad y la flexibilidad mental.
Fijaos este último punto qué interesante e importante para nuestros hijos en edad escolar y lo que podríamos conseguir si fomentáramos esta emoción.
Además hay muchos estudios que indican la función de la sonrisa de alegría que actúa facilitando las interacciones sociales y como “pegamento social”. Observad esto en vuestras vidas ¿cómo estoy interaccionando con los demás? Sería una actividad muy provechosa en fijarnos cuánto sonreímos a nuestros seres queridos y personas que nos rodean. Además os invito que utilicéis la sonrisa ya que tiene un efecto mimético, si la usas los demás en la mayoría de los casos te devolverán una sonrisa.
Os dejo esta semana para que observéis esta emoción. Si estáis interesados y motivados para trabajar todo esto, te animamos a que te inscribas en nuestros talleres “Mindfulness e Inteligencia Emocional Plena”